Esperanza en Dios padre y su amor por siempre es infinito



Esperanza en Dios padre y su amor por siempre es infinito

Noviembre 1 de 2015

El amor de Dios es infinito, es ilimitado, está siempre vivo y disponible para todos sus hijos. El amor de Dios padre es fiel y permanece por siempre. Todo es vanidad excepto el amor de Dios. Todo lo que tenemos es pasajero como la vida, la salud, los seres que nos rodean, el trabajo, lo material, incluso hasta las dificultades son pasajeras, van y vienen. Pero el amor de Dios es abundante, siempre está disponible, el amor de Dios siempre vive.

En las lecturas y el evangelio dominical de hoy, primero de Noviembre de 2015, reflexiono lo siguiente. Primero, somos hijos de Dios y él nos ama.  San Juan 3, 1-3. "Miren que amor nos ha tenido el padre para llamarnos hijos de Dios" esto es una invitación a la esperanza, confianza, fe que él siempre está a nuestro lado, él sabe nuestras alegrías y tristezas y que por su amor siempre seremos renovados, purificados, protegidos, llenos de su amor infinito. 

Segundo, es un llamado a la esperanza. Es la confianza, la fortaleza, el gozo en medio de las tribulaciones, dificultades y pruebas de la vida. Apocalipsis, 7, 2-4, 9-14. "Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del cordero". No estamos solos, Dios es nuestro alimento de vida y él nos sostiene con su amor y poder. No debemos temer, debemos estar confiados del amor de Dios en el camino pasajero de estas pruebas y tribulaciones. Entregarnos completamente a Dios para que él nos aliente, purifique, renueve en las virtudes del amor y la esperanza. Esto nos permitirá vivir con soltura de todo, depositando toda nuestra confianza en nuestro padre.

Es en las tribulaciones cuando podemos experimentar el amor de Dios, reflexionar, acogernos al amor de Dios, aceptar, perdonar a los que nos persiguen y hacen mal. Es el momento de desprendernos del rencor, odio y purificarnos de todo lo que nos contamine para transformar nuestra vida en amor, purificar nuestra alma, nuestro interior, en medio de las pruebas para contemplar y experimentar las virtudes del amor que acepta, perdona y libera. Dios padre nos ayuda a reconocer nuestras faltas y dolencias. En el orden que reconocemos, estamos limpiando nuestro interior en la presencia de Dios Padre quien nos acompaña en el despertar de todo lo que teníamos por limpiar en nuestro interior.

Tercero, nuestra recompensa es el amor de Dios, la paz, la fuente de vida que él nos brinda cuando amamos en medio de las dificultades y tenemos nuestra confianza puesta en él. San mateo 5, 1-12a. "Dichosos los que lloran porque ellos serán consolados", Yo lo digo de esta manera, dichosos los que pasan por tribulaciones y confían en el señor, dichosos los que abren su corazón a Dios, dichosos los que buscan en su interior y claman con sinceridad la ayuda de Dios, porque ellos verán la gloria de Dios.


Buscad y hallareis, pedid y se os dará, tocad y se os abrirá. 

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