Febrero 5 de 2018
La
Evangelización nos invita a ser reflejo vivo de la palabra de Dios, evangelizar
es reflejar en nosotros la presencia de Dios.
Reflexionando en la Primera
Carta del Apóstol san Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22-23,
“Hermanos: Anunciar el
Evangelio no es para mí motivo de gloria: es la obligación que Dios me ha
impuesto. ¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio! Si lo hiciera por propia
iniciativa, tendría que estar satisfecho. Pero no lo hago por propia
iniciativa, sino que desempeño una misión que me fue confiada”
El texto nos invita a
esforzarnos en la práctica de la palabra de Dios “anunciando el evangelio”,
algunos tienen la iniciativa y pueden estar satisfechos como lo menciona el
texto pero “anunciar el Evangelio” lo entiendo desde el mismo testimonio, desde
el reflejo mismo de cada uno de nosotros al vivir la palabra de Dios y ponerla
en práctica. Todos debemos esforzarnos en ser la luz de cristo en el mundo.
Tomo el ejemplo entre padres e
hijos, en sus semejanzas y parecidos en las facciones, gestos, comportamientos,
temperamentos. De la misma manera, necesitamos parecernos a nuestro Padre
creador, creo que necesitamos despertar los rasgos y características de Dios en
nosotros a través de toda su palabra y enseñanza. Cuando agradamos a nuestros
padres en la tierra los escuchamos, estamos atentos a su llamado, y obedecemos
el bien que quieren para nosotros.
De igual forma es con Dios
padre creador, a quien debemos escuchar a través de su palabra, la oración, la Eucaristía,
los sacramentos y el dialogo interior que tengamos con nuestro Señor.
Hoy en la Eucaristía, nos
comentaba el sacerdote en la reflexión que hoy en día podemos escuchar y
algunas veces observar casos extraordinarios de imágenes religiosas, y hostias
que sangran, llamado milagro eucarístico, y nos preguntaba, ¿será que no
estamos siendo testimonio vivo del evangelio? y por eso estas manifestaciones
del cielo, como se cita en Lucas 19: 39-40
“Algunos de los fariseos que
estaban entre la gente, le dijeron: “Maestro prende a tus discípulos” Respondió:
“Les digo que si estos se callan
gritaran las piedras”
Sera entonces que no hemos
respondido al llamado del Señor, es decir no somos testimonios vivos del
evangelio y por tanto al no reflejar la luz de Cristo, las manifestaciones de
las piedras en las imágenes religiosos y los milagros eucarísticos y muchos
otros fenómenos tienen que aparecer para que reaccionemos.
Por muchos años pensé, que
evangelizar era decirle, contarle a mi entorno, “Cristo vive, es real, existe y
nos ama” pero si yo no soy amor y si no soy reflejo de Dios en mi vida, difícilmente
podré demostrarlo. Tengo que vivirlo, reflejarlo debo ser testimonio vivo de
Dios en mi vida.
Gracias Señor por tu palabra y
por cada reflexión
Liliana A Monroy Pacheco
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