Mayo 25 de 2019
El día de hoy mientras
oraba y meditaba los Misterios Gozosos del Santo Rosario y leía el libro azul 23ª edición
Española Movimiento sacerdotal Mariano observaba con detenimiento y se grababa
en mi mente el siguiente anuncio que hizo el viejo y santo Simeón a María Santísima
cuando presentaron al Niño Jesús en el Templo; San Lucas 2,34-35
“Simeón los bendijo y dijo
a María, su madre: “Este está puesto
para caída y elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción
– y a ti misma una espada te atravesará el alma, a fin de que queden al descubierto
las intenciones de muchos corazones.
En mi mente resonaba “como signo de contradicción”, esto
me hace reflexionar que los misterios de Dios y el plan de salvación de Dios
pueden llegar a ser en nuestras pruebas y tribulaciones, signos de contradicción, porque muchas veces cuando pasamos por la
prueba o las dificultades no logramos comprender el porque de las situaciones,
solo con el tiempo y la confianza puesta en Dios podremos avanzar por los
caminos de su Divina voluntad y dejar que Dios actúe en nuestras vidas a través
de aquello que incluso en el momento mismo de la prueba no entendamos pero para
Dios es un medio perfecto para la salvación de nuestra alma.
En mi caso particular, me
case muy joven, convencida que el matrimonio seria para toda la vida, hasta que
la muerte nos separará. Este año 2019 mi esposo me pide el divorcio y esto fue para mí un signo de contradicción
frente a lo que representaba para mí el compromiso del matrimonio. Sin
embargo, fue a través de este momento
que empecé a comprender que el amor humano es frágil, débil, y no es fiel; pero
el amor de Dios es para siempre, el día
de mi matrimonio me case primeramente con Dios y es el mismo Dios quien no se
separa, no nos abandona, permanece fiel y nada nada nos falta porque su
bondad es por siempre, lo experimento en cada día, en cada acontecimiento, me
ayuda, orienta a través de todo cuanto me rodea.
Recuerdo que desde el
instante mismo que inicia la separación física, ese mismo día, estaba estudiando
para los talleres de oración y vida del padre Ignacio Larrañaga y al día siguiente
debía reunirme y haber estudiado las lecturas de la semana, así que empecé a leer
las lecturas asignadas y me encontré con palabras de fortalece y esperanza de
nuestro Señor que me llegaban como bálsamo y fortaleza, entre ellas comparto:
Isaias, 41, 8-20 Dios esta
con Israel – me apropie de este anuncio sintiéndolo también para mí, “Dios esta con Liliana”
“Siervo
mío eres tú, te elegí y no te rechacé”, estas palabras son de gran
consuelo y fortaleza ya que para mi el sentimiento de separación y divorcio
represento rechazo y abandono. Con las palabras de mi Señor, me abrigo al
sentir que Èl nunca nos rechaza así el ser humano lo haga o lo hagamos, Dios nunca
abandona a sus hijos.
“No temas, que contigo estoy Yo; no receles,
que Yo soy tu Dios. Yo te he robustecido y te he ayudado, y te sostengo con mi
diestra Justiciera” – Es totalmente cierto, en toda la
historia de mi vida he podido experimentar el gran amor de Dios, ayuda y protección. “Yo
te ayudo- oráculo de yahvè y tu redentor es el santo de Israel” Amen así ha sido y así es!!!
La
siguiente lectura también es una confirmación de su fidelidad y amor en el
matrimonio.
Oseas
2,16-23
“ Por eso voy a seducirla;
voy a llevarla al desierto y le hablare al corazón” si que lo esta haciendo en mi vida!!! Allí
le daré sus viñas, convertiré el valle de Acor en puerta de esperanza, y sucederá
aquel día- Oráculo de Yahvé- que ella me llamará MARIDO MIO. Gracias Señor
por ser mi esposo fiel, marido mío, señor
y creador mío.
“Sellaré
un pacto en su favor aquel día, y los haré reposar en seguro” Gracias Señor mi Dios porque tambien nos hablas en plural, tú también estas
cuidando de Federico, ayúdale y acompáñalo en todos sus caminos.
“Yo
te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y en derecho,
en amor y en compasión, te desposaré conmigo en fidelidad y tu conocerás a Yahvé”
No es casualidad que todas
estas palabras hallan llegado a mi vida justo el día en que surgía la separación
con la persona con quien compartí 15 años.
Doy gracias a Dios porque
durante el tiempo de la tribulación, he podido experimentar el amor de Dios con
mis padres, hermanos, amigos, familia, comunidad parroquial, vecinos y confirmo y puedo
dar fe que los designios de Dios son perfectos, que nada nos puede separar de
su amor. Estoy casada con un Dios fiel y eterno. Bendito y alabado seas Dios Padre,
Hijo y Espíritu Santo.
Gracias Santísima María y Santísimo
San José porque tambien me han acompañado e instruido.
Liliana A Monroy Pacheco
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